martes, abril 29, 2008

Aceite de girasol contaminado: para esto pagamos a los políticos

La función básica de un gobierno es gestionar el dinero que engorda las arcas públicas: cómo conseguirlo y en qué gastarlo. Y sin duda, la seguridad, junto a educación, sanidad, infraestructuras y pensiones, se debería erigir como una de las metas claves de cualquier ejecutivo. Parece que todos los madamases habidos y por haber en este país, llámese España, llámese Cataluña, reducen seguridad a vigilancia policial. Pero la seguridad es mucho más amplia.

La inspección de los alimentos, así como la calidad de la atmósfera, son aspectos incuestionables para la seguridad del pueblo. ¿Cómo explicar la dejadez que ha hecho posible que un aceite contaminado se cuele inadvertido por los controles de sanidad? Lo peor es la falta de credibilidad que esta desidia comporta. Por más que nos digan, ya no me creo que controlen toda la alimentación que entra en España y que ésta sea segura. Luego nos aseguran que esto o aquéllo va bien o mal contra esta o aquella enfermedad. ¡Si no se preocupan de lo básico, que los alimentos no nos maten!

Increíble que el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Félix Cobo, diga lo siguiente, según El País:


En lo que las autoridades se mostraron tajantes fue en no decir si
se había identificado ya alguna partida contaminada. "No estamos para satisfacer
curiosidades de periodistas", sino para "rebajar el riesgo de una intoxicación",
dijo el director de Aesan, Félix Lobo, quien insistió en que si alguien tenía
aceite que no estuviera en la lista podía hacer tres cosas: consumirlo, porque
"no había problema de toxicidad", esperar "dos o tres semanas" a que los
análisis determinaran si tenía concentraciones de hidrocarburos peligrosos o
"devolverlo".
Digo yo que, precisamente, no es baladí lo que preguntaba el periodista, pues precisamente miraba de amainar la preocupación del ciudadano, ávido por saber de qué marcas se trataban las partidas contaminadas. En fin, encuentro este despropósito del gobierno digno de varias dimisiones, empezando por la del ministro e incluso por la de Zapatero. Es más, Rajoy y acólitos en vez de enfrascarse en sus disputas internas deberían haber cuestionado más al gobierno sobre sus métodos fallidos de control de calidad (pero mucho me temo que los que ellos usaban cuando gobernaban no debían diferir mucho de los del PSOE; así que mejor han optado por callar). Por ello también reclamo la dimisión de los líderes del mayor partido de la oposición.

PD: En otro momento, Lobo aseguró en el mismo diario:

"cada vez hay más evidencia de que se ha tratado de un fraude, de una
adulteración voluntaria fuera de nuestras fronteras".
Muy bien, pues ya estamos todos más tranquilos. O sea, que es posible que haya sido deliberado. ¡Cómo nos protegen nuestras autoridades de ataques terroristas!

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