miércoles, abril 26, 2006

El miedo

En esta vida hay que estar atento y desechar los fantasmas del terror si queremos vivir sanamente. El miedo acecha por doquier y muchas veces nos impide pensar y actuar según nosotros mismos. Esta sensación existe desde lo general a lo concreto. Desde lo metafísico a lo terrenal. A veces, son grandes y a veces pequeños, a veces patológicos y a veces normales. Posibles miedos:

A lo desconocido, por ejemplo a la muerte y a lo que pueda o no pueda haber tras ella, y a la incerteza del momento de su arribada. Miedo a que si hay algo, los infiernos descritos en diversas culturas se dibujen como una realidad; miedo a que si no hay nada, desaparezcamos sin más, concepto casi inconcebible para nuestras mentes.*

A la angustia de grandes cuestiones, como el origen y finalidad de la existencia y de la vida. Preguntas que quizás, después de todo, no proceda ni siquiera planteárselas por no haber un fin ni un motivo.

Al futuro. Miedo a la bomba nuclear, miedo al terrorismo, miedo al desempleo, miedo a un jefe, miedo al qué dirán, miedo a llegar tarde, miedo a tomar una decisión, miedo a equivocarse, miedo al paso del tiempo y a su pérdida, miedo a la enfermedad, miedo a la inactividad, miedo al castigo, miedo a la angustia, al tedio, a la desorientación, a la soledad, al dolor…al miedo.

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Queremos vivir, como mínimo, con unos mínimos. Deseamos tranquilidad en un mundo que, según el esquema que nos presentan los medios de comunicación y según el que nos construimos, es trágico. ¿Son los medios los promotores de la conciencia colectiva como fue la razón la causante de la individual?

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Hay que hacer, como he dicho al principio, un ejercicio de limpieza y saber poner en su sitio al miedo. Hay que purgar las mentes de sus juegos, de sus razonamientos estériles, para poder actuar desde cada uno mismo, sin la amenaza del miedo. Para ello debemos usar la razón, la misma que en muchos casos nos ha conducido al miedo.

*Todas las creencias humanas sobre la trascendencia no son más que eso, creencias, y siempre elaboradas por personas. Si tratamos el problema como una cuestión de azar, coincidiremos en que, como mínimo, hay dos posibilidades, al 50 por ciento: que haya algo y que no haya nada. Si no hay nada, se acabó el juego. Si hay algo, que es la opción por la que hasta ahora se han decantado la mayoría de civilizaciones conocidas, se abre un abanico de posibilidades, tantas como queramos imaginar o como ya han imaginado miles de culturas a lo largo de la historia. Puestos a elucubrar, me fabrico la propia: seria un mundo imposible de decir. En todo caso, ¡qué importa! Hay que vivir ahora y aquí. Como alguien dijo una vez: ¡Al fuego con la metafísica!

miércoles, abril 12, 2006

Multado por fumar conduciendo

Según publica El País, el pasado viernes 31 de marzo, la Guardia Civil multó con 60 euros a un conductor por fumar mientras circulaba con su coche. Según los agentes, al ir fumando el conductor no mantenía la atención permanente a la conducción. Para sancionarle adujeron que se había violado el artículo 18.1 del código: “Conducir un vehículo sin mantener la atención permanente en la conducción”.

Tráfico asegura que “aún no está prohibido fumar” (o sea, que lo estará). Más, si nos atenemos a la campaña televisiva de la Dirección General de Tráfico en la que aconseja no fumar mientras se conduce porque distrae. Al final del artículo del mencionado periódico, un portavoz de la institución asegura, no obstante, que no se prohibirá fumar, aunque “en la mayoría de países europeos está prohibido fumar al volante”.

Dos cositas. Primera, no sé si distrae fumar al volante, es posible, pero como también es posible que distraiga hablar, no ya por un móvil, sino por un manos libres, con el copiloto o con los ocupantes. Lo mismo vale para escuchar música o la radio.

Si el consejo de Tráfico se convierte en prohibición, espero que las autoridades sean consecuentes y hagan lo propio con los aparatos de radio o los GPS. ¿Tendrán valor de prohibir los aparatos de radio, con el perjuicio que llevaría a las audiencias radiofónicas, o exiliar los GPS, con el negocio que suponen? ¿Prohibirán a las compañías fabricar coches más allá de los 50 o 60 Km/h?

Segunda (no sólo va con este episodio en concreto). Basta de comparar siempre a España con lo que hacen otros países de Europa, y sólo hacerlo cuando interesa a políticos y acólitos, como si estos países tuvieran la razón suprema o hubieran alcanzado la perfección ética en todos los terrenos. No todo lo que se mueve por Europa tiene por qué ser mejor. Habrá unas cosas que sí y otras que no.

¿Por qué no se habla de los sueldos en Europa y los sueldos en España? ¿Por qué no se comparan los precios de la vivienda de fuera con los de dentro teniendo en cuenta (y, en muchos casos, sin tenerlo) los salarios?

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miércoles, abril 05, 2006

Política y corrupción

¡¿Qué tendrá Marbella?!

Lo de Marbella es el colmo, pero seguramente es tan sólo la punta de un iceberg mucho mayor. El pasado mes de febrero la ONG Transparencia Internacional ya se hacía eco de que en España la construcción es "foco de corrupción permanente", en especial, en los gobiernos de zonas costeras. Marbella sólo es el botón de muestra, y de una buena muestra. Y es que, por lo que se sabe hasta ahora, casi han chorizado medio billón de pesetas.

Días después de que se destapara el escándalo, un equipo de televisión se trasladó a las puertas del Congreso de los diputados para preguntar a los políticos sobre el suceso. La mayoría coincidían en afirmar que los partidos o la política no son corruptos, sino que son las personas las culpables. Además, añadían que en otros sectores también existe corrupción.

De acuerdo, pero se olvidan de mencionar que los cargos electos deberían cuidar más que nadie su conducta ética, pues son elegidos por los ciudadanos para dirigir y gestionar su ciudad, comunidad o país. Ellos son quienes todo el día llenan su boca con palabras como democracia y justicia.