El sesgo de occidente

La mayoría de personas que conozco sostiene que en general Palestina es la víctima en el conflicto que se libra en Oriente Próximo e Israel, su verdugo. Esto a pesar del trato desfavorable que a veces recibe en la prensa la primera de las partes y que pasa desapercibida por ser más sutil. Así, mientras que se escriben artículos de opinión de las dos partes y se redactan noticias imparciales, no siempre se dedica el mismo espacio a los atentados Palestinos y a los de Israel. En este sentido, Israel gana la batalla en los medios escritos que pierde en la opinión pública.

Veamos un ejemplo reciente. El pasado lunes 4 de febrero unos suicidas de Yihad Islámica acabaron con la vida de una israelí en Dimona. Israel como es habitual en estos casos no tardó en vengar este atentado con la ley del talión multiplicada por siete. Sin embargo, fue curioso observar cómo El País denunció el atentado en Dimona con una noticia y foto, mientras que la respuesta desorbitada de Tel-Aviv fue tratada con tres breves, uno por cada ataque que el Ejército hebreo lanzó en tres días consecutivos y que acabaron con la vida de una veintena de personas (en la web sólo aparece el primer breve -el más amplio-, pero hubo dos más que en la edición on-line ni se publican). Tanto en el atentado palestino como en los israelíes hubo víctimas civiles.

Algún periodista podría argumentar que por primera vez en un año una facción islámica atentaba con kamikazes. Pero no veo razón suficiente para desarrollar más una noticia que las otras tres. Los periodistas manejan diversos criterios para seleccionar noticias. Pero regirse por ellos de forma sistemática y sin crítica conlleva no pocas incoherencias, como la tendencia al espectáculo o, lo que es peor, a ser deshonesto con el lector, como es este caso.

La equivocación de los periodistas se entreve en un artículo que firma Juan Miguel Muñoz en el diario de ayer: “El viernes, sin ir más lejos, un misil tierra-tierra impactó en un colegio de Beit Hanun. Murió un profesor y cuatro alumnos resultaron heridos. En Gaza están habituados. Pero en Israel, el drama del niño de ocho años y de su hermano de 19, también herido grave, resulta insoportable”. ¿De verdad que los palestinos ya están acostumbrados? ¿No seremos nosotros, lectores y periodistas, los acostumbrados? Por cierto, en esta noticia el autor calcula las víctima mortales palestinas de los últimos tres meses en al menos dos centenares.