lunes, agosto 25, 2008

Obama muestra sus cartas

Obama ha pretendido aparentar franqueza al poner a su lado a un tipo con más experiencia. (Es muy probable que haya optado por Biden tan sólo por mitigar las retóricas a su falta de experiencia, en vez de combatirlas sin miedo). Sin embargo, esta aparente sinceridad podría costarle cara. Si ha apostado por el “yes, we can”, debería haberlo llevado hasta sus últimas consecuencias. Que mejor para ello que haberse aliado con Hillary Clinton. ¡Menudo tándem: negro y de apellido Hussein unido a una mujer como candidata a la vicepresidencia! Si los americanos hubieran optado por tal dúo, se habría demostrado una voluntad feroz de cambio, al menos, por parte del pueblo. Mientras tanto, John Mc Cain trabaja como una hormiguita, sin ver demasiado la luz y sin prisa pero sin pausa.

viernes, agosto 22, 2008

El silencio de los deportistas no oculta la ignominia china

A principios de estos juegos se amenazó a los deportistas con volver a casa si protestaban públicamente contra la represión china. Ya saben: aquello de no mezclar deporte y política. Claro, cuando interesa. No es lo mismo boicotear a la URSS o a EUA, en plena guerra fría, y en función de los contendientes, que a China, potencia emergente que a todos nos interesa tener contenta.

Sea como sea, de todos es sabido como las autoridades chinas pisotean una y otra vez los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Y que nadie en los Juegos alce la voz en contra no significa que las represiones no existan. Tampoco que las olvidemos o ignoremos. Del mismo modo, por mucho que EUA vaya de abanderado de la democracia y la libertad, a nadie se le escapa que es la mayor causante de desastres, guerras y muertes en la actualidad.

lunes, agosto 04, 2008

Obama no es Kerry pero…

Obama, el candidato virtual (¡ah, menuda palabreja!) demócrata a la presidencia de Estados Unidos, no es John Kerry pero Estados Unidos tampoco es Europa. Por mucho que haya triunfado en su gira por el viejo continente, por mucho que a los europeos se nos antoje como el presidente del cambio, como el “elegido” –muy acertado el contraataque de su rival republicano-, eso no significa que ya sea ganador, lógicamente. Al igual que pasó con Kerry, cuando los norteamericanos decidieron al margen de los deseos europeos, esta vez ocurrirá ídem de ídem. No significa que Obama no tenga posibilidades, sino que el fervor de Europa por su candidatura no sólo no le favorece en su país de cara a los comicios de noviembre sino que incluso -y quizás- le puede perjudicar. Es más, me parece que EUA actuará con indiferencia total hacia las posturas europeas, lo que resulta más doloroso para el otrora jefe de la comunidad internacional. Porque Europa hace mucho que no pinta nada en el panorama internacional. Por otro lado, el imperio no va a dejar de serlo con Obama. Leones por corderos. ¿Qué prefieren?

sábado, agosto 02, 2008

¿Condenados?

A menudo nos planteamos si la sociedad evoluciona o involuciona, si se aboca a la destrucción o, por el contrario, mejora. En principio, cualquiera en su fuero interno sostiene que la época en la que vive es mejor en casi todos los sentidos a las anteriores: vivimos mejor en el orto del siglo XXI que no a principios de nuestra era. Cuando así se argumenta, hay quienes aducen que pese a los progresos respecto a edades antiguas queda por arreglar mucho de la sociedad: problemas atávicos más nuevos retos.

Guerras ha habido siempre. Cuando vivíamos en cuevas las propias entre tribus, o entre sus miembros, debido a la escasez de recursos, por ejemplo. En el amanecer de las civilizaciones, las luchas se organizaron y sus causas se complicaron de forma aparente, pues no eran más que una versión evolucionada de la escasez de recursos. El número de víctimas aumentó en consonancia al avance tecnológico y demográfico hasta arribar a la devastación que hoy conocemos: 40 millones de muertos en la segunda guerra mundial. No sólo por guerras mueren o se hieren a personas: hambre y enfermedades provocan estragos en los pobres. Las desigualdades entre los países ricos y los pobres pasaron de 1 a 3, antes de la Revolución Industrial, a 1 a 40, en la actualidad, en los casos más graves.

El planteamiento del principio de este texto se torna insostenible. Nos hacen creer que vivimos mejor que nunca, que la seguridad y la justicia de ahora nos protegen a nosotros y nuestras familias como nunca. ¡Qué peligroso habría sido vivir como animales en grutas o haber compartido el suelo con romanos o caballeros del medievo! Ya no me lo creo. El sistema necesita carnaza: trabaja, consume, como hormiga que eres. Vive con miedo.

En tribu, lo teníamos todo ganado. ¿Peleábamos por un trozo de carne? A lo mejor ni eso. Quizás cooperábamos más de lo que algunos creen o nos cuentan. ¿Y si en vez de evolucionar, involucionamos? No hemos hecho otra cosa que agrandar el dolor, el hambre y la muerte, sobre todo, en el último siglo. No es, por tanto, que quede mucho por arreglar, que a cada paso que demos empequeñezcamos un problema o lo eliminemos, no, sino que a cada paso que damos la cagamos, agrandamos los problemas y creamos nuevos.