miércoles, enero 02, 2008

Yugo que no cesa

No sé si lo digo para desahogarme o para qué. Hace unos meses que trabajo como maestro de Primaria. Y me toca los cojones. Y me toca los cojones la administración. Desde que llegué. No tienes suficiente con cada uno de tus alumnos, con Conocerlos, con Tratarlos, con Evaluarlos, con resolver sus conflictos (desde pequeñas disputas por una pelota hasta agresiones físicas), con motivarlos, con vigilar que lleguen aseados y almorzados, con tolerar niveles acúsitcos prohibidos por la UE, con hacer de vigilante, secretario, psicólogo, asistente social, programador, diseñador, ¡con construir personas!… No tienes suficiente con tratar con los padres, muchos de los cuales creen que estamos para joder a sus hijos y no se dan cuenta de que todos estamos en el mismo barco. No tienes suficiente con relacionarte con tus compañeros; suerte si te toca un claustro y/o un equipo directivo con el que te lleves bien, sino bienvenido al puto infierno. (Como si un albañil tuviera que ser constructor, arquitecto, aparejador, diseñador, vendedor, lampista, fontanero, pintor, comercial…)

No tienes suficiente. La administración te dicta cómo has de educarlos -como ellos quieren-, de lo contrario lo haces mal (no diferente a como ellos lo quieren). No les basta que existan unos objetivos lógicos para el final de Primaria; se inmiscuyen en todo tu quehacer. ¿Que tienen miedo de que salgan unos pequeños revolucionarios? ¿o unos anarquistas? Tranquilidad, esto no pasará porque ahora hay un nuevo currículum con el que buscan controlar más. Aumentan las horas lectivas de religión, dicho sea de paso. ¿Que no escuchan a los colegios? ¿Que no oyen como se les dice que se debe educar en función de los alumnos?

No les oigo decir la faena que deben hacer los maestros en sus mal llamadas vacaciones (y no quiero oír nada del rollo vocacional, eufemismo o moralina con el que se pretende ocultar la explotación) y en su horario extraescolar (claro, como todo el mundo nos ve salir a las cinco). No hablan de desconexión, no. Eso sí, maquillaje tipo suficiente o insuficiente que se vea a todo trapo en la prensa. Lástima que para muchos lo que dicta la Generalitat sea lo que la Biblia para el cristiano: fe, sin preguntas.

En secundaria, tres cuartos. Quieren premiar a los colegios con mejores resultados. Y digo yo, ¿no serán los que ahora ya poseen mejores recursos los que serán premiados? ¿los de los ricos, vaya? Claro, así el pastel se hereda con más facilidad y justicia.

Si no fuera porque, si tienes suerte y no te toca un grupo difícil (otro eufemismo que esconde expresiones desde "vigila, que no se esfuerzan" -lo más suave- hasta "vigila, que tu vida se puede convertir en un Infierno"), algunos de tus alumnos te pagan de vez en cuando con franco agradecimiento...

De todas formas, no sé si la administración conseguirá una plantilla estable con el agobio que recibimos los recién llegados. Ya avanzo que me hará falta muy poco para abandonar este barco. Lo único que por el momento me retiene es lo dicho en el párrafo anterior. Todo cambiaría si mi sensación fuera que la administración nos saludase con un bienvenido y no con la falta de confianza que nos muestran sólo entrar. Nunca había visto algo similar en otros puestos de trabajo (y he recorrido unos cuantos).

Por cierto, no haré nada de lo que me han pedido que haga para poder seguir dando clases (me han pedido un curso, un seguimiento de algún alumno conflictivo y diversos aspectos de evaluación sobre mi trabajo que inspeccionará la inspectora de turno). Prefiero ser mileurista, aunque el de maestro poco pasa de los mil euros -1.500 de media he cobrado yo hasta la fecha- que tener que trabajar así. Miento, sí haré el curso. Nada más porque en él he podido contrastar mis opiniones con las de otros interinos. Para haberlo visto: ¡más que un curso, el primer día pareció terapia de grupo!

No hay comentarios: